La Creación de Nuevas Necesidades

El hábito convierte los placeres suntuosos en necesidades cotidianas”
Aldous Huxley

Si escuchamos la frase: Sociedad de Consumo, no es muy extraño relacionarla inmediatamente con la que tenemos hoy. El ser humano es, al igual que los demás animales, un ser que organiza la adquisición de bienes a partir de sus necesidades, sin embargo hay algo que realmente nos separa del resto de los seres que habitan esta tierra; el hombre no consume a partir de la lógica naturalista y esto queda respaldado por las actuales características del consumo. Si tenemos la necesidad de desplazarnos de un lugar a otro preferiremos hacerlo en un auto ultimo modelo en vez de usar bicicleta. Pero ¿Por qué se produce esto?


Con la aparición del Marketing, como estrategia capitalista, y de las primeras empresas de publicidad al servicio del capitalismo, se intentó por primera vez (y de forma efectiva) cautivar a un “cliente” que tenía en sus manos lo que al empresario le interesaba obtener- el dinero. Esta relación de “tentar” al cliente en sus principios fue poco efectiva, pero tras el estudio de corrientes como el Psicoanálisis, que desarrollaban las ideas del inconsciente, la propuesta de tentar al cliente fue mucho más efectiva. Es así como todo recurso visual que usa la publicidad no esta escogido al azar, ya que previamente se estudian las conductas del “posible cliente” que comprará el producto. No es, por lo tanto, casualidad que los primeros intentos de marketing apuntaran hacia la presentación de bellas mujeres para atraer a un público masculino.
De esta manera, muchas de las “necesidades” que supuestamente tiene un consumidor, no son si no creadas por el marketing para que este finalmente esclavice su posición de asalariado en pos de mantener el circulo capitalista. Cada estrato social, responderá entonces, a una necesidad de consumo muchas veces creada por la misma estrategia de marketing para mantener al consumidor cautivado por ese producto que a veces se enmarca dentro de la lógica de un “objeto de deseo”.

Esta estrategia capitalista de instaurar la premisa del ciudadano-consumidor, la creación de necesidades y la segmentación de la sociedad en “estratos de consumo”, ha logrado acomodarse bastante bien en la sociedad del siglo XXI. Lo lamentable de todo esto es que no sólo afecta la esfera económica, como pareciera verse a simple vista. Sino que desplaza las relaciones sociales anteriores. Ya no importa la relación de ciudadano a ciudadano, si no que la de “vendedor a consumidor”, trayendo consigo una impersonalizacion de las relaciones humanas, ya que ya no es necesario establecer otra relación más que la de realizar “un buen trato”. ¿Será este nuestro inminente futuro? ¿Seguiremos viviendo en una sociedad donde el consumo seguirá atado a las lógicas capitalistas, donde nuestras necesidades son creadas a partir de una estrategia de marketing?

Por Gabriel Muñoz